28 de diciembre de 2005

Anécdotas del trabajo...

Os voy a poner en antecedentes:
En mi trabajo hay dos alas, el ala A y el ala B, y a cada una le corresponde un baño, en realidad dos; uno masculino y otro femenino. Pues bien, tenemos el problema de que en el ala B, que es la mia, el baño debe ser más cómodo, oler mejor y estar más limpio, puesto que las personas del ala A prefieren los servicios del ala B antes que el que les corresponde.
Las terribles consecuencias de esta peregrinación al baño del ala B son que la mitad del tiempo el baño está ocupado y la otra mitad apestado...
Y cuando uno llega al baño (ala B) y ve la puerta del (vamos a llamarlo por su nombre) "cagódromo" cerrada con un par de pies asomando por debajo de la puerta, piensa, "coño, ya está aqui otro cabrón apestando lo que no le corresponde.... joder!, si me tocaba hacerlo a mi!!!". Entonces te paras y escuchas, y percibes más que oir, como el sujeto se mueve dentro de su (en realidad nuestro, de los del B) cubículo (que palabra más oportuna) lentamente, intentando no hacer ruido, aún así escuchas como desenrolla el papel, como con mimo para no destacar, para no delatar su posición poco elegante; con los pantalones y calzoncillos por los tobillos y la corbata por dentro de la camisa o echada a la espalda (cuidado con esta última posición, pues al menor descuido la corbata se cae y toca la terrible taza del váter, que todos, o por lo menos yo, tapizamos de papel en un escrupuloso intento de no rozarla), todo para que nos creamos la ilusión de que el sujeto del cubículo no está ahi!!.... Pero ¡Joder!, si la puerta tiene un cartel rojo a la altura del pestillo que pone: OCUPADO!!!!, como pretendes hacernos creer que no estás ahí!!!...
Entonces, como no puedes sacarle a hostias reclamando el trono que te pertenece (que bonita metáfora, eh?), te conformas con mear y lavarte las manos, eso si, siempre respirando por la boca, pues por narices cuando pasa esto es cuando el baño ha sido "perfumado" adecuadamente por el sujeto del cubículo, y el aire es irrespirable.
Por lo que al final sales del baño cagándote (literal y realmente) en la madre que parió al sujeto del cubículo (que seguro que es del ala A) que ha dejado aquello inservible en plena necesidad tuya, y piensas resignado que cuando la "radioactividad" baje de niveles ya habrá otro del ala A que se encargue de elevarlos. Total, que al final acabas deseando estar en casa... que como en casa...

Saludos!!!