Otro día más, cada vez más cerca del fin de semana. Mucho trabajo y un intento de quedar con la Rodríguez family, que ha terminado en nada.
Como he salido machacado del trabajo, me he ido a comer comida basura: Un menú Big Mac del McDonalds, que me ha reportado como beneficio un bonito vaso verde de Coca-Cola.
Luego he llegado a casa y he visto la tele tirado en el sofá hasta que a las siete menos algo me he puesto en marcha para acudir a la cita “biciclística” de los miércoles. Esta vez Jötul no ha podido venir, por lo que hemos sido Irvingu, la amiga de Jötul y yo. La ruta de hoy ha sido diferente, hemos ido a ver el Anillo Verde (Anillo ciclista). Lo hemos cogido a la altura de la Carretera de la Playa, y nos ha llevado por asfaltados caminos rojizos, hasta la Casa de Campo, evitando siempre circular junto a los coches!, se curza alguna que otra calle regulada por semáforos, y ése es todo el contacto que hay con los amos metálicos de las calles de Madrid. Hemos disfrutado de una parte del camino que discurría paralela al Manzanares, y con árboles y entorno natural alrededor, daba la sensación de no estar en Madrid. Después de la pausa de mitad de camino, nos hemos vuelto por donde habíamos venido, y es algo que me ha seguido sorprendiendo a la vuelta. La seguridad del tramo. Antes si me quería ir a la Casa de Campo a dar una vuelta en bici, tenía que lidiar con peatones y conductores irritados, a quienes poco importaba la fragilidad del ciclista, hasta conseguir llegar al Parque, ahora es todo sin coches. Merece la pena pese a ser un suave camino asfaltado en el que de nada sirven nuestras taqueadas TT ruedas, fíjate si es liso, que hasta es patinable.
Una vez de vuelta en casa, y tras hablar con mi mujercita, ceno de chino. Hoy toca ser perro. Y en la Sexta, cuando acaba “Entre fantasmas”, veo el nuevo Show de Pocholo… sin palabras.
Rastreo de Zombies
Hace 4 años
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