7 de noviembre de 2005

Lección sobre la vida

Hoy he aprendido una cosa. Os cuento los antecedentes y luego la moraleja:

La semana pasada, (benditos dos días de fiesta) volví al trabajo como siempre, pero con la salvedad de que estaba yo sólo; un compañero estaba de curso y el otro de vacaciones.
Esto se traduce en que, si normalmente tenemos un volumen considerable de trabajo siendo tres personas, estando sólo uno ese volumen es excesivo.
Pero me lié la manta a la cabeza e hice mi trabajo, con la mala suerte de coger la gripe el miércoles por la noche. ¿Qué hice entonces?, pues, tonto de mí, decidí ir el jueves a currar, con 38 y medio de fiebre, pero es que el CAU estaba sólo... tonto orgullo profesional... y para culminar la semana, el viernes, estando casi igual, con poca mejoría, repetí y vine al trabajo.
¿Qué es lo que ha pasado?. Pues que entre la cantidad de trabajo, y el embotamiento sensorial producido por la gripe (moqueo, oidos taponados...), alguien con un nombre muy común (M.Carmen) me dijo por teléfono que montara un equipo para una chica que se iba de baja por maternidad para el viernes, con unos accesos fuera de lo común; le pregunto si lo ha mandado por mail, y me contesta que sí, que se lo ha mandado a mi jefe. Cuando cuelgo y consigo hablar con mi jefe, se lo comento, pero no sé decir cuál de las Cármenes de la empresa es la que ha llamado, por lo que no me contesta nada.
Llega el viernes y me llama la interesada media hora antes de nuestra hora de salida (las 15:00) para llevarse el equipo, busco un equipo preparado, pero no lo encuentro. Entonces lo comento con ella y la versión cambia a que el mail no lo ha mandado la tal Carmen (esta Carmen es la secretaria del Jefe más jefe de la empresa, de esos que se hacen fotos con el Rey y tal, por lo que puede pedir lo que quiera), lo ha mandado otro jefe... finalmente quedo en que el lunes (hoy) se lo tengo preparado.

Y hoy, cuando le pregunto a mi jefe si ha localizado el mail, me dice. "Ya te vale, un mail de M. Carmen...". Y me pregunto: ¿Ya me vale a mí?, si él, que es quien supuestamente ha recibido el mail, y no me indica nada, yo no sé lo que tengo que hacer al respecto, es como si me manda alguien un mail pidiéndome un equipo y yo, sin verificarlo, se lo doy... la lio, y no.
Todavía no me ha confirmado haber recibido el mail, y ya me vale a mi, sólo por no saber quien coño ha llamado, para poder dárselo mascado a mi jefe, y que no tenga que buscar entre todos los mails el que yo le pido, por eso; ya me vale, no te jode...
Esto me pasa por gilipollas, por sentir cierto compromiso con la empresa, que hoy ha llegado a su fin, haré lo que deba hacer y nada más. Me tenía que haber quedado en casa jueves y viernes y que les dieran por el culo a todos, que encima ni me lo han agradecido. Debe haber suspendido algún curso de dirección sobre motivación.

Moraleja: En el trabajo, no hagas de más por nadie pues no te lo agradecerán. Haz sólo lo que te pidan y punto.

Saludos!.

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