Así han quedado mis patines después de realizar unos 40 minutos de trayecto por las maravillósamente asfaltadas calles y aceras de Madrid: Ruedas visiblemente más gastadas de frenar, adiós a los tacos de freno, y Hola a los raspones, a quienes habíamos conseguido tener a raya... hasta hoy...
Podría decirse que han sido bautizados por el Pavimento Madrileño...
Ahora, a reparar los tacos de freno, que se me han partido, para el próximo domindo día del patín (Si consigo llegar a tan tempranas horas después de boda-viaje...).
Rastreo de Zombies
Hace 4 años
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