Tanto se esfuerza el Hombre por llegar a tocar el Cielo, que al final, en su afán, se olvida de lo pequeño que es... y de que es el Cielo, quien se posa a su albedrío sobre las construcciones más altas que es capaz de crear el Hombre, para demostrar lo diminuto que puede llegar a ser...
De Madrid al Cielo... o... del Cielo a Madrid... :)
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